Día 28 de diciembre a las 10 horas 3 conductores de TMB, uno de cada sindicato, inician una huelga de hambre delante del ayuntamiento de la plaza de Sant Jaume de Barcelona en apoyo para conseguir los 2 días de descanso semanal. Sólo quedaría un acto más reindicativo que este de la huelga de hambre y es el suicidarse como Pablo Díez o de quemarse a lo bonzo. Para muchos trabajar en TMB es un orgullo, pero si años atrás ser conductor estaba bien considerado, ahora dentro del seno de TMB, es el colectivo peor tratado tanto en los convenios como a nivel de la valoración de los puestos de trabajo. Todos los colectivos en convenios y después de éstos, hacen pactos personalizados que regulan su salario y sus fiestas, a los conductores solo les toca recibir los aumentos del IPC, convirtiéndose el sueldo en mileurista y luego todos se sorprenden de estas situaciones en la que se convoca una huelga por 2 días de descanso. Que baja está la moral de los conductores para pedir por lo menos poder descansar.
Está ganada la petición por irrisoria, ánimo y hasta el final que más abajo ya no nos pueden hundir.
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